sábado, 5 de febrero de 2011

Alta costura en París, 2011

Es bastante frecuente escuchar cosas cómo “¿Y quién se va a poner eso?” y la verdad es que yo si pudiera me lo pondría. La Alta Costura es alguna cosa más que vestidos estridentes y complicados, es un trabajo de verdadero taller, lleno de detalles, es artesanía pura y dura. También es investigación de tejidos, pruebas de patrones y mimo, mucho mimo.

Una vez oí hablar a una especialista en moda, la cual destacaba que comprarse un vestido de alta costura es invertir en una obra de arte. Creo que las semejanzas son múltiples. Ambas conllevan una larga dedicación temporal, imaginación, plasmar alguna cosa casi imposible a la realidad, y sí, también en el precio, pero no olvidemos que los grandes vestidos de alta costura se exponen en museos…

Como ya anunciaba en uno de mis post, hace apenas unos días, la Alta Costura llegó a París, a la capital de la moda. Sólo desfilan los que cumplen los parámetros estrictamente marcados por de la Cámara de la Moda de París. De todas las casas que han desfilado, indiscutiblemente se ha hablado de Armani Privé, destacando los zapatos que volaban por la pasarela, pero nadie ha reparado en los tejidos que ha utilizado, ese metalizado que parece plástico para un corsé rígido a la vez que insinúa una seda espectacular, creo que esto es lo interesante de la pasarela de Armani. También desfiló Chanel, Elie Saab, Alexis Mabile, Christian Dior, Givenchy, Bouchra Jarra, Valentino y Jean Paul Gaultier.

Sin más preámbulos, una muy pequeña muestra de lo que se vio en París ¿de verdad que no os lo pondríais? 


Jean Paul Gaultier inspirado en el punk.

Valentino entre pasteles de mimos y mariposas bordadas.

Armani Privé con la mujer del futuro.

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